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Volvimos a Villa Pehuenia porque queríamos volver a Bahíamía. Y esta vez el estar en la cabaña fue EL plan. Nos tocó nieve, viento, sol… Y todo fue mágico. Hermoso. No es solo la comodidad de las instalaciones, el paisaje, el que el lago sea parte del fondo de tu casa o la calidez de sus dueños… Es lo que sentís cuando estás ahí, una experiencia que se clava en la retina y en todo el cuerpo…
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